Ubi vos exigo evolutio, ego volo ascio vestrum animo. Tu es pestis.

© Francisco Javier Maureira P. 2005 - 2017

Showing posts with label Journal.. Show all posts
Showing posts with label Journal.. Show all posts

14.4.16

Soplo.

No puedo quitarte los ojos de encima, ni la fantasía de la boca. Tus muecas tienen una ligera resonancia en mis ideas. Lánzame nuevamente una mirada fugaz y comprobemos si es real la conexión de nuestras pupilas.


17.3.16

Escaño.

Ni siquiera un alma nos interrumpía, recuerda, cual vacía estaban las calles, y nosotros ahí, en la banca de turno de tus galanteos, admirando los destellos de la noche, desafiando los silencios y el frío característico de Agosto. Estábamos ahí, acompañándonos en la soledad, permitiendo que el destino nos juntara cada vez un poco más. Las noches fueron nuestras y eternas desde siempre. Ahora son infinitas, siéntelas en tus brazos con cada brisa que te refresque, e inmortaliza cada beso con el que te enmudecí.

11.11.15

Magnetita.

Si lo piensas bien, no tenemos nada venerable para unirnos en excusa, sin embargo, aquí yacemos, bajo una fuerza asombrosa que aún teje nuestros corazones. ¿Sabes? Me desprendí, en parte, de algo etéreo, quizá un trozo de mi alma se cercenó a sí misma; nos corrompí consensualmente para fundir nuestros imanes en este brebaje profano; aunque ya no estoy 1570 kilómetros lejos de ti; tu ausencia me socavó.


15.9.15

Luz triste.

Debo reconocer que usted me tiene en un muy mal dilema, y la verdad, es que comienzo a sospechar que me manipula, y espero que no se olvide que soy tan libre, independiente, y orgulloso como usted. No confunda mi tolerancia con el cariño que le tengo, ni mucho menos, estas letras con una amenaza; pero tenga algo muy claro: acarreo demonios adentro.



10.8.15

Coloquio.

Es un libro abierto, desde sus ojos hasta sus silencios. Aunque no quiera y le cueste lo contrario, sabe que va a errar nuevamente, casi por costumbre, porque no puede negar lo innegable, y básicamente, porque es humano. Sólo espero que ese vacío que se auto flagela esté cargado de todas las consecuencias que suele acarrear; desde mi ira a mi indiferencia, y que ojalá, le valga la pena; los vectores se componen así.


27.7.15

Té.

Escondí a un elefante en un jarro, sí, en uno de todos estos que tengo por aquí, para que un día, cuando busques azúcar, lo encuentres y te lleves una sorpresa bastante loca; es que cuando hago tonteras como esa tu risita es más inédita y se te dibuja sola en la cara, en un solo destello de lo que significa para ti una sorpresa, y ahí es cuando noto, al igual que tú, que tu corazón creció un poquito más, y siendo sincero me dan ganas de comérmelo. En fin, haz como que no leíste, para que cuando vengas y tomemos té podamos disfrutar tu sobresalto.


6.5.15

Quiéranse más entre ustedes.

Banalidades, indiferencias, traiciones, silencios, enemistades. No deseo bordear el desaliento, pero hay veces que uno se ve estimulado a mirar el gran abismo de la renuncia a creer. Me siento desilusionado del destino que a tantos ratos me brindó éxtasis, no comprendo la apuesta ni las normas del juego. Al parecer el infame frío consiguió penetrar numerosos corazones; ya no veo amor exteriorizado en las personas, sino como van tras algún interés egoísta. ¿Dónde ocultaron el amor? La justicia murmura bajo mi carne, y me siento asqueado. Colapsé quizás no en el momento más indicado, pero voy a estar bien, continuaré expectante este camino, trataré de que no me afecte; tengo la suerte de mi lado. Ojalá pudiera tomar las cosas con positivismo. Aléjate perverso frío, que mi corazón no lo vas a marchitar.


18.4.15

Cristal.

En un instante de interacción ensamblé el tiempo con el espacio; se tornaron indivisibles. No hubo pasado ni futuro, pero por resultado, me acoplé. Fue sólo un lapso de minutos donde no había dimensión, profundidad ni espesura. Todo era y no lo era a la vez; mi intelecto estaba cristalino... Fue una escisión fallida de resultado homogéneo.


29.3.15

Al superyó.

Anoche él me bosquejó un método de combate, un plan perfecto para volver en mí y recuperar mi prudencia. Sólo es cosa de logística; ¿cuál es el aporte? No les menosprecio, les agradezco totalmente todo, pero me quito esta sonda para que la guarden a quien si necesite una eutanasia. No tolero igualarme. No soy una persona común, nunca lo he sido. Sí, soy capaz de romper los esquemas, y soy capaz de sobrevivir. Soy mi misma base y mi propio equilibrio, soy capaz de determinarme. Hoy me determino a no nutrir las dudas, me determino a sacrificar las lacras que succionan mi sangre, a pensar de forma sensata y a abandonar la compasión al disponer. Lo que hoy importa es yo mismo; me determino a continuar mi episodio de forma valiente, sin lastres; ¿de qué forma soy un aporte en tu vida y de qué forma eres un aporte en la mía? 


18.3.15

Melancohólico.

Me siento muy vulnerable, más que otras veces, capaz incluso de errar como antes. Me siento inútil a mis propósitos y ajeno a mis principios. Estoy un tanto cansado de vivir conjeturas, estuve algunos días desorientado, angustiado y asustado. Sin embargo debo agradecerte, hasta quizá agradecerme a mí mismo, porque de no ser por las circunstancias, no tendría estas grandes ganas de beber nuevamente; no sería nuevamente yo, aquí, escribiendo, melancólico como siempre, deseoso de tomar tu cuerpo y exprimir hasta la última gota de tu esencia. Cuantas veces no creí ya estar sano pero aun así vuelve esta patología; estuve frustrado en un principio, no lo niego, pero pronto comprendí que esto ya es parte de mí -perdí toda esperanza de creer que el amor un día me abandonaría-. Ahora sólo debo dejar de luchar contra tu sonrisa, y guardarme todos estos besos hasta que un día los necesites de vuelta. Estoy disfrutando cada delirio y cada exalto que me produces. Felicitaciones, me tienes atrapado donde quieres con tu análisis; para muchos es reprochable, pero para mí no. Tengo la sangre contenta por amar bajo la misma razón de su propio verbo, una extraña emoción que se desborda por las venas inundando el cuerpo desde el centro del pecho.


12.2.15

Todo toma tiempo.

De todas formas es un buen día y no tengo manera de explicar el agujero que tengo, ni sé razón alguna del porque ahora me cuestiono todo, a bajas melodías de felicidad; pero estoy feliz, dentro de mi bajeza, tengo un sueño vivo, en carne, y mi corazón sanará, puede que ahora mismo esté solo, pero no siempre es así, ni siempre así será. Todo toma tiempo, y las grandes obras toman mucho tiempo más.


4.12.14

Pacto con el diablo.

Creo haberlo superado, nunca me había obsesionado con una persona, mi trastorno giraba en cosas o acciones, pero jamás había radicado en una persona. Aunque por un momento pensé que la obsesión fue de ambos, jamás tuve el coraje de preferirle y quedarme completamente con él, nunca tuve la seguridad de si era sólo un capricho mío, como tampoco tuve la seguridad de si acaso era una situación sana para mí. Nuestra complicidad no pasó a más de varios besos descubiertos y celados, que obviamente no era lo único que seríamos capaces de hacer, no teníamos límites en esta infidelidad. Cada instante nos enloquecíamos más, por lo que es así como se mantuvo aquella tensión tantos años –creo-; así decidimos distanciarnos, alejarnos, pero el destino nos guiaba a encuentros casuales en uno y en otro lugar, encuentros que no pasaron más de unas miradas, ni siquiera un gesto de saludo por cortesía; nos hacíamos los estúpidos por estar inhibidos. El destino nos fue juntando cada vez más en lugares casi imposibles, con mayor frecuencia, con mayor apetito en nuestras mentes, por lo que de a poco me fui convenciendo de que mi destino se gobernaba a su entorno; ingenuamente tuve el coraje de permitirme sucumbir ante su juego, en las duchas del motel, sólo para descubrir que su enfermedad había avanzado y que cada día estaba más demente; cambió su nombre por tercera vez, su aspecto físico evolucionó más tosco pero más masculino, su perspectiva del mundo estaba distorsionada y terminó por esconder a quien dulcemente me obsesionaba muy en el fondo de su sufrimiento. No obstante, estaba vulnerable, estábamos vulnerables ambos. No me importó ser la única conexión entre su pasado y su presente, la tensión esa tenía que desaparecer de alguna forma; fue mi mejor venganza ante mi despecho, y fui el mejor alimento para su ego. Tuvimos ambos lo que deseábamos, pero la locura del destino nos abofeteaba de todas formas; pactamos un trato, del cual no puedo escribir, un pacto a plazo, a tiempo, que cada vez está más próximo de cumplir. La fecha está próximamente lejana, pero se acerca a extraños pasos que me anidan un miedo y una sutil angustia. Quizá no debí ser tan bastardo, pero el trato ya está hecho, no puedo fallarle al diablo, más si se consumió en las tinieblas la amistad.


24.11.14

La gigante nube gris.

No hay palabras concretas ni algún hilo argumental, sólo estro, numen, alegría y bienestar. Lo reitero; soy muy afortunado, es que hay una estrella fugaz para cada suspiro, para cada momento; sólo en el fallecimiento de un astro hay tal elegancia, sólo en tal suceso se enclaustra el morbo y la hermosura de manera tan atípica. Hay magia para cada ósculo, hay pasión para cada caricia. Hay un destello para cada ilusión, una estela para cada promesa. Un brote de suerte para cada anhelo. Una lluvia para cada lágrima. Una nube por cada esperanza. Incluso una nube gris para cada corazón roto para cada resentimiento y para cada odio, como la de hoy, que cubrió Santiago, aquella tan destacada por alegorías infelices y decepciones varias, que sin embargo y dentro de todo nos torna a la imposibilidad de negar esa perfección con la que abrazó la cordillera, porque simplemente, era para maravillarse; ¿un cambio de percepción al concepto? Es que, aunque las nubes enfunden el cielo y los truenos sacudan nuestros tímpanos, las estrellas continuarán ahí, aún continuará la energía en los sueños; así como hay vida en los vientos que nos guían el destino, los amores, las decisiones, los ánimos; así como hay vida en teclear al azar palabras y letras, que no son más que la eutanasia de las emociones, o más bien la maravilla de los lectores, continúo en mi sensación de ser tan afortunado por enamorarte un poco más, no existirá mejor decisión alguna, y aunque, como hoy, me extorsionen las nubes, no me asustaré. Ya sé caminar bajo cualquier tormenta. Sé mantenerme feliz independientemente, soy un corazón mochilero, y quizá pueda enamorarme y caer infinitas veces, pero sé que quiero decidir por ti, infinitamente de ti, tuyo; y no porque el destino nos caucione, sino porque me retribuyo a tu mirada, a tus latidos; déjame responder a tus ilusiones y demandas, y complementar todo lo que tus bellos ojos necesiten. El cuerpo es accesorio al alma, y nuestras almas, con la ayuda y el deseo de los dioses, podrán emerger unidas y conectadas por más del tiempo necesario... Por más del tiempo necesario, hacia un “demasiado”.


14.11.14

Ineptitud.

Quiero dormir un siglo, necesito sueños, dormir eternamente. Siempre mis deseos son incompatibles entre si, quizá no es el momento aún, ¿o quizá sí? Estamos destinados, pero a fracasar, o al menos yo lo estoy; soy un inepto. Ilusión acompáñame, que esta vez caminaremos para pensar. Lo siento, hoy las tinieblas me seducen de forma horrible, hoy un ataúd no suena mala idea para descansar y criar mis sueños húmedos. Hoy me siento dueño de mi existencia -más bien de mi inexistencia y esta ineptitud-, hoy tengo los párpados marchitos frente a la luz. Morderé mis manos para no escribir más, ya hay mucha información aquí; mientras, visitaré funerarias para escoger el mejor cajón.



7.11.14

Preludio al primero.

Hoy quiero contar que perdí el rumbo con elegancia, ni aquella brújula puede devolverme a mi lugar de origen, lo siento, pero estoy tan libre de las cadenas del destino, así, caminando descalzo sin vías que recorrer, sólo a través de un cielo estrellado que se atreve a iluminar cierto radio en la tierra donde piso; perdí la cabeza, llevo unos días así, como un piscis en agua cómoda, dormido por esta droga dura e ilícita que estoy consumiendo, usando y siendo usado para catalizar un éxtasis que me bombea la sangre y mantiene la dopamina alborotada, quiero cantar que hay veces en que las cosas se quedan en la punta de la lengua, y sólo hay que escupir hacia un lado para quitar ese sabor amargo. Quiero toncar que estoy besándole la espalda a mi media naranja, como cuando el Sol seduce a las montañas a su antojo en un atardecer; que mis labios recorren el cielo iluminando su pasión, escondiendo mi lengua en sus hombros, su cuello, sus detalles únicos. Su calor, nuestro sudor, la mar que formamos, lágrimas de humedad, lágrimas de amor que caen rodando, que se precipitan por mis poros, nuestra piel, un aceite que brota, son algodones que flotan cortejando al viento, mi inhalar y exhalar; un abrazo y caigo sobre su lomo, palpo lo que es mío, recorro su pecho con mi mano, subo por su cuello erguido, respiro vainilla en su pelo, toco sus labios con mis dedos, sus dientes, me mastica; rubor que se refresca en la brisa. Qiuore cantar que pirdé la rombu, el cebaza, quiero contar que estoy amando, que estoy siendo amado, feliz feliz hola feliz, feliz y demente o ido otra vez.


26.10.14

Histeria.

Acabo de darme cuenta que estoy condenado a jamás tener una muerte natural; moriré por la fuerza desconocida e insuperable de mi angustia... Soy inmortal hasta que decida lo contrario. Buscaré una hipnosis que me ofusque y me tiente.


14.10.14

Suertudo.

A veces, el más simple gesto se muda a una enorme memoria que estimula el corazón. Gracias (por la tarde, por tu amor, por atreverte)... De no haber estado en la oscuridad tanto tiempo, jamás me hubiesen iluminado las estrellas.


28.9.14

Vacuo, desidioso y fútil.

¿Saben? Me estoy volviendo loco. Estoy tomando el té con mis peluches –pero en realidad no es té, sino que es vodka-. Lo interesante es que me conversan de sus vidas rellenas de sueños, y yo les cuento mi vida rellena de mierda, y como que congeniamos y sienten pena por mí y yo pena por ellos; parece reunión de terapia, me cuentan que se sienten súper solos e ignorados. A veces se ponen rancios y lloran, pero no estoy ni ahí, yo sigo tomando no más. Sí, no estoy ni ahí pero al menos hay buena música sonando de fondo. Que lata tener que levantarme temprano mañana, que lata todo en verdad. Los peluches malditos estos me comentan la vida, piensan que es una lata. Y la verdad es que sí, que lata, nadie tiene el coraje suficiente para domarme, y los que se atrevieron aún lloran con el corazón roto. El juego ya se torna tedioso, el juego ya se trata de cuál de todos es más cobarde; arranquen ratas inmundas que me voy a quedar sin tiempo muy pronto y mi paciencia se agotará en una lluvia de balazos. Y eso, mis peluches me conversan.


22.9.14

Excúsame.

Discúlpame, de verdad pensé que eras el amor de mi vida; disculpa por sentirme así de avergonzado ahora; disculpa por pensar en la eternidad en tan pocos segundos; disculpa por no mantener mis promesas y disculpa finalmente por sollozar. Disculpa las ilusiones y discúlpame por errar, por fracasar; discúlpame por haber necesitado tu abrazo sincero tantas veces. Disculpa por entenderme a mí mismo en esta tarde y por aclarar mi ser. Discúlpame, compréndeme; pero ya no estaré más.



14.9.14

Teoría del primer y último beso.

El otro día, entre mucha lectura aristotélica, intercambio de anécdotas y pensamientos varios –sólo nos faltaba pintarnos las uñas-, surgió el tema del recuerdo; “¿recuerdas tu primer beso?” ¡Oh! vaya dilema, he dado tantos que mis ojos se desorbitaron a tal pregunta sin saber qué responder mientras buscaba en mi mente el primer beso. Entonces interrumpieron mi introspección para precisar –o divagar más-; “¿con amor o sin amor?” y entonces más aún se dividió mi mente al tiempo y espacio en búsqueda de una respuesta que satisficiera el momento y aquella curiosidad; recordé muchas bocas, intenté recordar el primer beso con cada uno de esos labios pero me fue imposible recordar específicamente el primero –aunque de todas formas objeto que quizá hubieron muchas lenguas que se quedaron en un beso único y saturado de tedio-. La tensión en mi mente por la incertidumbre se vivió hasta incluso más tarde aquél día incluso cuando resucitó el tema entre birras y miradas expectantes de mis amigos esperando una respuesta digna; “lo que en verdad sucede es que prefiero no recordar mi primer beso, ya que no fue importante, y lo más probable –y eso espero- es que hayan muchas personas en mi misma posición” dije con aires de caballero, “y además, prefiero mil veces recordar el último beso que he dado, prefiero recordar y pensar si acaso fue a la persona correcta, si acaso me satisface la forma en que lo di, si acaso entregué la pasión que sentía, y si acaso puedo morir feliz y tranquilo, ahora mismo en este instante, conociendo mi último beso” precisé. Naturalmente, tras tal profundidad de la respuesta –esperable en mi esencia- y conforme a mi personalidad de bajo perfil añadí una risa alegre al final; la verdad es que para mí el tema no quedó ahí, llevo días pensando cómo desarrollar y defender mi teoría del último beso; a veces encuentro los argumentos precisos, pero así también construyo la refutación perfecta; sí, recuerdo los primeros besos, están ahí, como recuerdos inertes de emociones. No obstante, hay un último primer beso que sí recuerdo con gran exaltación, porque ese primer beso fue como besar a un ángel, fue como probar los labios de un espíritu celestial; esa noche me probé sus caricias y me calzaron divinamente elevando mi corazón, y es que aún me revuelve el pecho el deseo de seguir dándole besos tan apasionados; es por esto que no quiero olvidar tal primer beso, pero sí eliminar de mi memoria todos los otros labios que me han tratado de conquistar. Así mismo, prefiero recordar mi último beso –y no solamente el primero en la historia-, mas así mismo debo haberme sentido, quizá, con cada primer beso –vaya alma estúpida llena de ilusiones que soy-. En definitiva aún no logro responderme la interrogante que trascendió la pregunta inicial del primer beso; ¿con qué fin recordar un primer beso, con qué fin recordar otro que no sea el beso de tu último amor?...