Sin entramparse, abandonar el juego del deseo de el amor, de las
pasiones... de el fantasma de todo lo que no es, con sus cargas potentes,
en la insatisfac...
18.10.10
Desahucio.
En tan sólo unos minutos bajo tierra el cielo se tornó tenue, repentinamente, y la gama azul ya no deslumbró más en mis ojos. Al tan sólo pisar el asfalto sin resplandor, con sorpresa se capturó mi alma, perdiendo el regocijo y descubriendo poco a poco las pisadas en la arena. El estómago se me revuelve, y el corazón presiona el pecho de forma latente con fuerza, con una fuerza que ruboriza las mejillas quitando el aire con la presión; la vista no se salva, sino que desvanece poco a poco, y yo ahí, callando un sueño o la ilusión, de espalda en seco contra el concreto.
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