Ubi vos exigo evolutio, ego volo ascio vestrum animo. Tu es pestis.

© Francisco Javier Maureira P. 2005 - 2017

21.6.14

Declive.

Mientras demoraba una hora en inhalar y otras dos en exhalar sobre el astro fugaz en el que atravesaba todo viento y que erizaba mis bellos, comprendí la verdad en cuanto a tal; si no fuera por esas agujas que penetraban mis poros ni por las panteras que me intimidaban al parpadear, podría haber increpado sagazmente mi conclusión y así el público habría conocido la inocencia que me bordeaba y no estaría ahora piñizcando mi sien cegado en busca de cordura, ni salivando pus entre mis dientes con mis ojos dilatadamente desorbitados, ni orquestando sinfonías que entona mi gata entre la niebla espesa buscando amor o comprensión con su danza; la noche no lo resiste, pero no cesa, sino que continúa sin olvidar la melodía de la necrosis que me hace procrastinar sin rumbo, como conduciéndome frágilmente a un prólogo conocido, guardado bajo sarcófagos de esta hacienda, en el mismo lugar donde yace el cuerpo del occiso devorado; pero lector, le recomiendo no ver ningún mal, ni oír ni hablar ningún mal ya que todo es aparente nada más. Oxido, rosas, calcio, tacto, lamento, soledad; ya no queda alguien para confiar la anterior verdad. Grasa, madera, humedad; no, no, gritar no me va a salvar – sí, aquí el goce existe también en el mal – sí, aquí es el éxtasis más exquisito que alguien pueda entregar.


20.6.14

Implosión.

A veces la fuerza de atracción me retorna y veo las cosas como están; ya no donde mismo, sin embargo sucias e inertes en su atmosfera tenue de retroceso, y cada vez todo se acerca hacia donde se supone que debe estar, encajando violentamente hacia el momento cúspide en donde todos seremos una célula única sumisa en la morbosidad, y no puedo evitar la aversión de acercarme a los mortales; no puedo esconder la angustia de entregar mi alma a ustedes ni el recelo de abandonar mi trono. Los engranajes del tiempo no se detienen y nuestra causa última nos reverencia inminentemente; ¿cuánta desgracia merecemos hoy?.