Ubi vos exigo evolutio, ego volo ascio vestrum animo. Tu es pestis.

© Francisco Javier Maureira P. 2005 - 2017

20.6.10

Eres tú.

Un suspiro entre el sudor, lo abstracto de un beso, la luz dentro de la oscuridad, un calor en la briza, una tormenta sin agua, una pasión que quema, un silencio que se disfruta, un llanto que desgarra, una necesidad que angustia el alma, una cualidad que no cabe en adjetivos, casi una perversión hacia los dioses y manjar del diablo, un corazón que deja su palpitar, una yaga que no sangra, más la ceniza como materia prima, un ósculo triste de felicidad, agonía de tantos, un último deseo, una mordida inmortal, una danza erotica, un calor provocativo al ánimo, y lo contrario al odio, lo malo y lo que hiere, porque no te llenas en unas palabras pensadas en tan solo segundos, minutos u horas de tan sólo un día, porque no te encuadro ni encasillo, ni te retengo ni te regalo; mío sin marcarte, mi amante, mi cómplice, la cordura, un susurro que paraliza, un sentimiento que no se entiende; un regalo al abismo, una sonrisa en la depresión, aire en el mar y la neurona omnisciente.

Al más dormir debo parecer.

Entre mi cabeza y mi espalda se separa mi cuello, se agudizan las yagas y sangra con coagulos, y caen gusanos, hongos, con hedor pestilente, y se pueden ver las vertebras, como mi espalda suavemente es rozada con plasma, y tu estás observando con anhelos de separar aún más la costura, y agrietar la soledad, la herida, de dilatar el momento aún más, para que mi cabeza se desprenda y así poder ver mi cráneo, mi cerebro, mis pensamientos, y mezclar con una cuchara tus lágrimas con mis sesos, con tu ira que maldice por tu boca, que te presiona el corazón de esa forma, que hace que tense más mis musculos y apriete los dientes, los puños y piense en otras cosas, que cuente al infinito sin poderme calmar...