La brisa entra por la ventana
y te recuerda,
el espejo espera porque quiere verte,
se siente solo y llora.
No te fijes en mi mirada
o me saco los ojos,
estos ojos que te van a enamorar
y ya no quieren estar
para no verte más.
El sensible siempre va a tomar los prejuicios ajenos,
siente lo tibio de mi beso,
aunque sea una vez,
déjame.
Quiero una ventana en un lugar alto,
así la brisa es más fuerte...
y el pensarte aún más.
Sin entramparse, abandonar el juego del deseo de el amor, de las
pasiones... de el fantasma de todo lo que no es, con sus cargas potentes,
en la insatisfac...