Escondí a un elefante en un
jarro, sí, en uno de todos estos que tengo por aquí, para que un día, cuando
busques azúcar, lo encuentres y te lleves una sorpresa bastante loca; es que
cuando hago tonteras como esa tu risita es más inédita y se te dibuja sola en
la cara, en un solo destello de lo que significa para ti una sorpresa, y ahí es
cuando noto, al igual que tú, que tu corazón creció un poquito más, y siendo sincero
me dan ganas de comérmelo. En fin, haz como que no leíste, para que cuando
vengas y tomemos té podamos disfrutar tu sobresalto.
Sin entramparse, abandonar el juego del deseo de el amor, de las
pasiones... de el fantasma de todo lo que no es, con sus cargas potentes,
en la insatisfac...