Cada día estoy más cerca de Dios, lo inexplicable y omnipotente, de la verdad y la naturaleza. Hoy estoy más cerca de Dios que los estúpidos creyentes ignorantes, adoctrinados como salvajes ovejas sumisas a las mentiras delirantes de un infame. Soy tan feliz dentro de mi miseria; me siento un ser muy completo, me domina la sensación de que mi cerebro pueda desbordarse sagazmente más allá que sus propias ideas, y me embarga la sensación de que mi corazón pueda llenarse frenéticamente más allá que su propio tamaño. Cada día Dios me acerca más a su ser.
Sin entramparse, abandonar el juego del deseo de el amor, de las
pasiones... de el fantasma de todo lo que no es, con sus cargas potentes,
en la insatisfac...