Que la penumbra me consuma y el viento me congele; me deprime ser así. Me agobia tanto que mantengo los párpados quizás algo levantados, encandilados, a la luz de la vela que mezcla su esperma con la mía, dejando esas cicatrices que te recuerdan, que quemaste poco a poco para dejar tu huella, para marcarme como si te perteneciera, como si fuera de tu propiedad. Tú fuiste mío y no yo tuyo entre tantos encuentros, tantas charlas sin voces, con voces fantasmas que no estaban, con propuestas indecentes que me dabas; sólo un juego, y yo un jugador más un tanto inoportuno, y tú con tu sudor, con tu cercano respirar, con tus ganas de amar; ese amar falso, de unas cuantas noches, en las que sólo uno pretende olvidar. Ahora que la soledad ciegue mi pupila, para no reflejar más esa cabellera dorada, maltratada y violada; olvidada y devastada, y que la soledad quiebre en llanto sobre mi aliento, que respira tus besos y come de tus dientes, que bebe tu saliva y lame tu pecho nefasto, deprimido y sin corazón; tus brazos con cortes y tu estómago intoxicado; perra suicida que llegaste en mal momento, a sólo enamorarme para luego desecharme y cumplir con tu cometido; estás muerto y ya te extraño menos, la tristeza te consumió y a veces me arrastra, me arrastra tu demencia que se gesta en mí ahora; soy como tú; esquizofrénico y lascivo, pero contigo ya no quiero más, que destruiste todo lo que abandoné hace años, lo que no te pertenecía, lo que era mío y sólo mío, el que reía violentamente con su virgen desnudez, que amortiguaba su belleza con el rocío de la madrugada, con tequila y cerveza, que en una copa mezclaba el alcohol y su llanto, en una catarata de inestabilidad y de besos para mí; yo que tanto te escuché y vi lagrimar esos tiernos ojos de color; como te odio por no estar aquí y haberte marchado, como me odio por no haberte amado como querías. Arréglame la vida; habla con dios o con alguien del más allá; dile que me deje olvidar; ese olvido que es más largo que el amar.
Sin entramparse, abandonar el juego del deseo de el amor, de las
pasiones... de el fantasma de todo lo que no es, con sus cargas potentes,
en la insatisfac...