Ubi vos exigo evolutio, ego volo ascio vestrum animo. Tu es pestis.

© Francisco Javier Maureira P. 2005 - 2017

4.7.14

La eventual mofa sobrenatural.

Me afligí cuando nos despedimos, pero mientras hablábamos me sentí bastante cómodo, en parte dichoso por su amistad y por quererlo tanto, en parte aliviado porque sus propósitos nunca fueron diabólicos; pero criminal por querer hacerle menoscabo, de experimentar a su enemigo. Y sí, fui cursi porque antes de que llegara le compré algo, algo simple, pero algo, y entonces pedí al olimpo que me entregara una señal, a ver si se lo merecía, y sí, la señal llegó e incluso él y el mundo entero la notó, tal como en nuestra primera cita, como si el destino se burlara, entonces le entregué el obsequio antes de despedirnos con un tónico abrazo; le cedí mi alma en ese corazón rojo en forma de caramelo, quizá como emblema u homenaje, o como una ofrenda por su cariño, o como ejemplo de mi difícil amor. Me siento sanado, y podré continuar de alguna forma, pero enfermo de otro mal.


3.7.14

Moneda al aire.

Ojalá un día deje de dar pena; no puedo negar que me seduce. Me emputece no tener el control, no obstante me estimula inventarme utopías crueles que se mantienen en el limbo. Pero así, al viento frío, no sé de qué soy capaz porque no sé hasta dónde llegue a juzgar mis tracciones. Al menos no aún, o no sé. Algo me dice que no estoy equivocado y que no es uno, sino que dos demonios los que anidan en ese cuerpo; uno que me extorsiona para que sea suyo, y otro que me repele por completo. En serio, deseo hasta el infinito dejar de dar pena, pero es tanto mi apetito que me anulo, me acoplo, y por algunos instantes dejo de constar; entonces en mi inexistencia afino lo que me tiene mal; tantos años controlando los roces, mi lascivia, mis impulsos, mi fidelidad y cordura que ahora cuando el mundo me insta enajenación salvaje te abstengas tú. Supongo que para no caer en el delirio debo atenderme a tus criterios; cara o sello – te relevo y te absorbo, o bien persisto y me derrumbo directo a la ira.


2.7.14

Pronóstico de pesadilla.

En mis sueños se presentó para dejarme entrar al futuro, entonces mi mano penetró el gusano del tiempo, y como imágenes al azar tuve una exquisita y privilegiada vista. No obstante, a lo lejos, alguien agonizaba en dolor y sufrimiento, lo que me arrastró a despertar, en mi pieza, viendo sombras volátiles que murmuraban, y yo aún petrificado por el encuentro, me di cuenta de quien imploraba mi ayuda, era yo, sudado e inmerso en la sicosis, el que hace no más de diez minutos frustró tan magnifico viaje con su grito desgarrador, ayudandome a despertar segundos antes de que la lluvia azotara con violencia mi ventana.


30.6.14

Negativismo nocivo fatuo.

Desprecio a la humanidad toda y sus normas éticas imperantes me cansa seguirles el paso pestes bastardas y odio sus convicciones estúpidas me estorba la luz sagrada cegadora no creo en tu pureza; aquí tienen a su salvador malditos ineptos infames imbéciles embriagados de felicidad hipócrita abran los ojos y respiren la verdad que brota de vuestros excrementos insolentes que les vulnera la realidad petulante y no hacen nada... Nadie sabe nada de mí.


29.6.14

Imprudencia cínica de las gárgolas ninfómanas.

Bienvenidos todos a este orbe, donde estamos todos desubicados por los satélites para encontrar un lugar, donde nos conocemos en buena para ver que resulta, donde nuestro radar nos alienta para volver a follar. Sí, aquí en las tinieblas el amor sí existe, como palabras ebrias, sólo como hormonas, como una reacción química. Aquí la pasión es disfuncional, no es el amor que otros sienten, no es lo contrario a la soledad, es un quiebre mental, una patología en auge que moja las sabanas y los sueños, que nos hace monótonos en la ironía. Y claro, la ternura en estos lugares es vacía, pasajera y amarga, porque aquí el amor se resume en una permuta de fluidos, un desprecio que quema, una lágrima seca; una ilusión hecha mentira… Tráiganos una cura que nos exorcice la partuza.