Ubi vos exigo evolutio, ego volo ascio vestrum animo. Tu es pestis.

© Francisco Javier Maureira P. 2005 - 2017

3.7.14

Moneda al aire.

Ojalá un día deje de dar pena; no puedo negar que me seduce. Me emputece no tener el control, no obstante me estimula inventarme utopías crueles que se mantienen en el limbo. Pero así, al viento frío, no sé de qué soy capaz porque no sé hasta dónde llegue a juzgar mis tracciones. Al menos no aún, o no sé. Algo me dice que no estoy equivocado y que no es uno, sino que dos demonios los que anidan en ese cuerpo; uno que me extorsiona para que sea suyo, y otro que me repele por completo. En serio, deseo hasta el infinito dejar de dar pena, pero es tanto mi apetito que me anulo, me acoplo, y por algunos instantes dejo de constar; entonces en mi inexistencia afino lo que me tiene mal; tantos años controlando los roces, mi lascivia, mis impulsos, mi fidelidad y cordura que ahora cuando el mundo me insta enajenación salvaje te abstengas tú. Supongo que para no caer en el delirio debo atenderme a tus criterios; cara o sello – te relevo y te absorbo, o bien persisto y me derrumbo directo a la ira.


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