Se presenta y actúa como una tautología trasladada desde la bazofia, el vómito, y la carne molida, desde los nervios, las neuronas, desde la sien, desde el lóbulo frontal, cauterizando, porque combustiona, porque el ácido quemó la imperfección, y sin embargo ahora soy perfecto; triste nuevamente en el infinito, en el vacío, en la nada.
Sin entramparse, abandonar el juego del deseo de el amor, de las
pasiones... de el fantasma de todo lo que no es, con sus cargas potentes,
en la insatisfac...