(...)
Cierra los ojos y no los abras más,
tortura tu mente como gustes;
el viento soplará tus alegrías.
Bebe el veneno,
y desvanece poco a poco.
No se escribe sólo de morir;
es volver a vivir.
Sin entramparse, abandonar el juego del deseo de el amor, de las
pasiones... de el fantasma de todo lo que no es, con sus cargas potentes,
en la insatisfac...