Ubi vos exigo evolutio, ego volo ascio vestrum animo. Tu es pestis.

© Francisco Javier Maureira P. 2005 - 2017

22.10.14

Diecisiete.

"He olvidado tu rostro, no recuerdo tus manos. ¿Cómo besan tus labios?"

- Pablo Neruda.


La ópera afligida.

Es un nervio indomable que, a toda voz, canta al oído para dejarte inmerso en algún sentir, soplando plácidamente sus ráfagas y aliviando el calor de los pómulos como quien se arropa de seda, como quien se desnuda por primera vez ante ojos ajenos con la inocencia de un primer amor que se pensó eterno. Esta noche sólo hay metáforas que se desvían del tema principal a grandes pasos como si quisieran correr tras de alguna inspiración que ciega los rubores y sólo dispone del tiempo engullendo los segundos; maldito testigo del delito evidente, la ciudad guarda en su lecho toda la maldad que siento ahora mismo, la ciudad a vista y paciencia sabe de mi carne y mi esencia. Qué sabe la utilización si no conoce la suerte, de qué sirve tanto dominio sobre las promesas y las ofertas si quedamos disminuidos a nada y de la nada nada surge nada nada nada nada nada nada nada a través de estas letras que aumentan en marea cada noche encontrando mil amores a medida que sube el contador de palabras, llenando vacíos, vacíos que no están porque no pueden existir pero si los puedes sentir latentemente cuando cantas a todo pulmón tu ópera afligida mientras te acompaña la orquesta de tu vida; ahí, todos los fantasmas que buscan comunicación, contacto y recuerdos, abrazándote a través de estos soplos tristes de primavera que penetran los poros buscando sanar a los desdichados. Suspira esos aires y encandila tus papilas gustativas, que tu lengua bese arduamente toda la vitalidad que le sobra al viento para que sientas los colores de la desnaturaleza.


20.10.14

Teoría de la catarsis de excusas y señales.

Esta vez vengo a tocar las circunstancias, las ocasiones, la flaqueza de espíritu, las decisiones y el destino. Metafísicamente respiramos la existencia en un uno o en un cero; ser o no ser, y por tanto, no hay lugar a duda decimal. Así entonces, anulo ahora mismo todo destino que se crea, anulo esa fuerza desconocida –escondida en la ignorancia, la verdad- de la que se cree que actúa de forma inevitable sobre las personas y los acontecimientos. Sí, existen las circunstancias y las ocasiones; pero no están en el destino, porque el destino no existe, no es. Las circunstancias no son más que situaciones o condiciones que rodean y afectan a alguien, mientras que las ocasiones no son más que momentos propicios para ejecutar o conseguir algo. Son, en definitiva, oportunidades. La excusa de una decisión basada en una oportunidad existe, pero no es moralmente válida ni tampoco lo será para los infrahumanos que padecen de la flaqueza de espíritu, aquellos humanos anulados y aturdidos que no pueden manifestar un sí o un no por respuesta a la duda que afronta la suya decisión, un sí o un no sin determinación propia, un sí o un no que carece voluntad. La decisión representa la firmeza de carácter, la flaqueza de espíritu se opone al mismo concepto. Entiéndase por excusa al pretexto con el que se elude una obligación de cualquier tipo. Sí es válida, entonces, una decisión, y por tanto justa, cuando determina el cumplimiento o liquidación de un compromiso; llámele señales si desea permanecer ignorante, pero son sólo oportunidades para decidir. Tú, lector, humano instruido; eres libre del destino desde ahora, eres libre para decidir con firmeza en tu carácter, libre para dejar de buscar señales y libre de no creer las excusas con las que te pretendan fraguar.