Inhala, que te besaré. No exhales o tendrás que tomar mi aire; te dejaré sin aliento, sin pudor, sin verguenza, sin hablar. Después sálvame, hazme sobrevivir. Es tu aroma el que invoca a la bestia, hazme volver y mantenme contigo. Yo de momento quiero perderme en la inmensidad de la exósfera con tu ternura... De momento te deseo. Y quiero que sea por siempre. Bebe mi sangre y sé mío. Ríndete ante mi mirada, ante mis labios y todo lo demás. Hazme tuyo con tus caricias y tu voz de miel; hazme tuyo que soy tu angel guardián.
Sin entramparse, abandonar el juego del deseo de el amor, de las
pasiones... de el fantasma de todo lo que no es, con sus cargas potentes,
en la insatisfac...