Ubi vos exigo evolutio, ego volo ascio vestrum animo. Tu es pestis.

© Francisco Javier Maureira P. 2005 - 2017

1.8.14

Íncubo o súcubo áspero y acre.

Quizá sí, quizá no. Una persona mal agradecida, ególatra, de malas intenciones, tétrico y oscuro, inteligente, genio intuitivo, impulsivo, irascible, morboso, calculador, inerte de motivación; ¿acaso quieres que me ablande porque me amas por mi hermosura o porque eres necio? Recuerda siempre que incluso siendo un iluminado tengo el corazón negro; soy el aliento agonizante de dios, así que así no más, que te resulte cómica mi maldición, estoy amarrado como un perro a retornar al mismo amor, estoy encadenado a ese corazón que me despecha. No importa cuánto lo intente, no estoy realmente libre. Los personajes aquí son distracciones quizá, todo ocurre por alguna razón, y eso sí, no soy el único en esta situación, eso está claro; ¿y si nos dejamos de equivocar y volvemos atrás en el tiempo, y hacemos eco de lo que pasó entre medio, estaremos entonces más plenos y satisfechos? Cuánto deseo besar una boca y cuantas veces no quise besar la tuya por la monotonía; es una triste desgracia que merezco, así de simple, se alinearon los planetas y los dioses te favorecieron para mantenerme melancólico bajo el torpe e inútil recuerdo de nuestra pasión fantasma. ¿Realmente me aseguras que no quieres volver a lo nuestro o repites lo que yo te digo con sonrisa en cara sin siquiera creérmelo yo mismo? Me siento solo en este insomnio, quisiera comprenderme pero no puedo, va más allá, trasciende mis dones y dotes… Supongo que el corazón puede ser más grande que el cerebro en esto. Quiero dormir, cántame una canción nuevamente mientras abrazo tu espectro, como antes, pero esta vez disculpa el suspiro intenso que rueda desde mis ojos por mi mejilla hasta tu espalda que intento oler… Oh, cariño mío, supongo que la distracción no es un crimen para aquellos que encontraron y perdieron el amor en un juego, como nosotros, así que me iré a bailar bajo el agua amarga de todas las lágrimas que hemos llorado en nuestras vacías existencias.


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