Yo y mi gotera,
nuestro romance,
y sus lágrimas sobre mis cosas
porque ya no me hace feliz
sino alguien más,
su melancolía de nuestra primera vez,
ella sobre mi paraguas memorizando mi domicilio,
y su loca obsesión por visitarme para verme sonreír
otra vez,
intentándolo nuevamente y persistiendo,
aquí,
otra tormenta más en que la veo sufrir.
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