Al día siguiente, en oleo pintó a aquella joven que en su sueño vió; más que sueño era una pesadilla, un deja vú constante incluso de día. Clavícula la llamó él, con lujuria y horror. Ahí, en la tela estaba, con su blanco y largo pelo abultado, sus blancas pestañas y su pálido rostro. Clavícula es una mujer albina, de más o menos veinte años, pensativa, lúgubre, quizás triste; como él.
Transcurrido el día, debió asistir a su cita con el Doctor Hainsworth; su sicólogo, a veces considerado como amigo.
Nerón, el muchacho de los acontecimientos, debió tener unos veinte años también, como Clavícula. Él era una persona solitaria, de familia acomodada, que vivían entre vegetación y montañas, en una mansión heredada.
Sus anteriores sicólogos, y también siquiatras, entre más cercanos estaban de saber sobre su locura, de diagnosticar algún problema, dejaban el caso; sin explicación alguna. Así que pasaron los años; los días y noches cada vez fueron incrementando el tormento de Nerón, pero fue él quien finalmente puso fin a su existencia, entre sus sueños, mientras estaba con Clavícula; el la trató de asesinar. Sí, lo cumplió. Pero también murió él.

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