Sólo me estremezco
en la oscuridad,
al ritmo
y vibración
del aliento
del aire.
La ficción no alcanza
a ornamentar esa maniobra,
bésame
de todas formas,
que la inocencia me traiga la nostalgia.
Inexperto, debes de expeler
en mi cuello
para que tu soplo sea mi perfume.
Que torpe,
olvido que soy humano;
mientras exhalo mis últimos alientos
me es inevitable temblar,
tengo la piel tan fría.
Sin entramparse, abandonar el juego del deseo de el amor, de las
pasiones... de el fantasma de todo lo que no es, con sus cargas potentes,
en la insatisfac...
No comments:
Post a Comment