Hace unos minutos mi mente desbloqueó un recuerdo fugaz sobre aquel día tan soleado de piscina, cuando pequeño; yo me lanzaba a la concurrida agua, pero en vez de sumergirme y empaparme, mi cuerpo atravesó ese reflejo de cielo, como si de un cristal se tratara, y así entonces me comencé a asfixiar por la bruma que significaba la experiencia; me adherí hacia otro mundo, pero posteriormente sólo recuerdo abrir los ojos ante la mirada expectante de la muchedumbre que gozaba morbosamente mi despertar. Recuerdo estar jadeante para expulsar la dolorosa agua que llenaba mis pulmones, y que ya sentía como la muerte era parte de mí…
Sin entramparse, abandonar el juego del deseo de el amor, de las
pasiones... de el fantasma de todo lo que no es, con sus cargas potentes,
en la insatisfac...
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