Las hojas caen tristes a tu pasar,
no así las lágrimas,
que ahuyentando el viento va.
No te pienso, más es;
te tengo... Como un vacío.
Quizás como memoria con vida propia...
Si tus ojos tan sólo no hablaran
al sonar de las copas
con resonancia al deseo, sin una tristeza,
que se convierte en agonía.
Este es el suave timbrar de tu rostro,
que brilla,
que me abandona así nada más.
No sabes,
aún no.
Es triste el pensar, sí,
pero el tenerte duele más.
¡Maldito seas, destino!
¿Cómo te atreves a llevarle así?
Me raja el alma desgarrando el corazón,
¡¿y cuál corazón?!
¡si se lo llevó cuando se fue!...
Las hojas están muertas,
por eso caen.
¿Por qué no así tu imagen también?..
Que nefasto mi dolor,
es como si murieses, como si te matase.
Pero... No quiero que mueras.
Aún así... ¡Muere de una vez,
sino te asesinaré!
Esto no es más que mis gritos de rabia,
por tu querer.
Sin entramparse, abandonar el juego del deseo de el amor, de las
pasiones... de el fantasma de todo lo que no es, con sus cargas potentes,
en la insatisfac...
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