- ¿Cómo te encuentras?..
- Bien.. - dije con extraño; mirando una silueta en la luz.
- ¿Puedes verme..?
- No. ¿Quién es?..
- ¿Hay alguien por ahí?.. - dijo otra voz un tanto lejana.
- Ya vamos para allá - respondio la silueta mirando hacia una lado, dejando ver su perfil..
La silueta comenzó a avanzar hacia mi. Yo trataba de reconocer la figura del hombre entre tanta luz, pero mis ojos se cansaban. Traté de levantarme pero al parecer tenía una pierna fracturada..
El hombre aquel se acercaba maldiciendo en silencio, ya ya frente a mi, alzó su pierna y me golpeó la cabeza. Volvi a caer boca abajo mientras mi cuerpo rodó unos instantes.
- Maldito ebrio que te cruzas por mi camino, -dice éste con un tono hostil- me haz dejado el vehiculo destrozado.
Escupiendo sangre y con toz trataba de comprender si quiera algo, pero en las cercanias un fuerte disparo desconcertó mi pensamiento.
- Hijo de la gran puta... - dice la silueta, mientras me alzaba del pelo y me arrastraba.. - Ahora les enseñaremos unos cuantos modales.
Al principio no reaccionaba y no lograba comprender. Apretujaba mis ojos y trataba de reconocer a mi agresor; en vez de eso noté que estabamos en pleno alba, pero aún veía sólo una silueta por culpa de los faros del vehiculo.
Me arrastró a traves de unas hierbas crecidas, como tratandose de una especie de campo, luego me lanzó al lado de otra silueta. Mi agresor comenzó a caminar en dirección hacia otro hombre que reía con placer mientras alzaba una lata de refresco.. Hablaron unos segundos y ése hombre le entregó un arma a mi agresor. Con la desesperación comenzé a moverme un tanto, arrastrandome, y así fue que vi un poco mas nitida la silueta junto a mi; un cadaver, pero no cualquier cadaver, sino el cadaver de un amigo, Max. Max tenía veinte años, un año menor que yo y una bala en el craneo. Mientras se acercaba éste hombre, al cual ahora si pude ver pero no reconocer, supliqué de la manera mas horrenda por mi vida...
¿Que ser tan insensato sería aquel?..
Reia y reia por mis suplicas, con lo que dijo;
- Está bien mal parido, me acabas de convencer.
Se devolvio donde el otro hombre al cual le regresó el revolver y se fueron marcha al vehiculo. Caí con alivio sobre las hierbas, donde voltié mi rostro hacia la derecha donde Max, que sangraba con rostro de asombro..
Sentí unas pisadas, con lo que miré sobre mi torso alzando mi cabeza.
Ahí venía el que se había apiadado de mi, con un machete y su complice.
Su complice me tomó de la cabellera riendo y animando al otro. Triste agonía la que me invadia. El hombre del machete comenzó a cortar mi cuello lentamente mientras hacia morisquetas para mi, escupiendome y golpeando mi cara.
De a poco sentí el frio metal oxidado filetear mientras sangraba. No obstante mi dolor no fue suficiente para aquellas perdidas almas, con lo que sacaron mis pantalones y dejaron mis piernas al desnudo, donde se entretubieron unos variados momentos cortando la piel de mis muslos. Con celebración hicieron acto de la escena final...
Sin entramparse, abandonar el juego del deseo de el amor, de las
pasiones... de el fantasma de todo lo que no es, con sus cargas potentes,
en la insatisfac...
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